La temporada de caza menor entra en su recta final, pues aunque oficialmente no se cerrará hasta finales de enero, muchos acotados tienen previsto cerrar con antelación, una vez que pasen las fechas navideñas en un intento de preservar suficientes reproductores de perdiz, la pieza de caza menor más escasa en esta campaña. En los acotados de montaña el jabalí y la becada conservan la actividad cinegética, especialmente ahora que ha llegado el frío y la nieve, pero siempre que ésta no lo impida.
Afortunadamente allí donde hay manchas de monte o zonas de conejo, con cárcavas y zarzales, todavía se puede hacer una buena cacería siempre que haya perros adecuados. El conejo de monte será, sin duda, la caza del futuro, pues es un animal sumamente prolífico que se va recuperando e inmunizando de las dos grandes enfermedades que estuvieron a punto de ocasionar su extinción: la mixomatosis y la hemorragia vírica. Su caza puede resultar muy divertida por la dificultad del tiro y porque no es necesario caminar mucho, como para cazar la perdiz «a rabo». Por cierto, que las «patirrojas» están siendo las grandes ausentes en el campo.
Pero a falta de perdices hay que destacar la mejoría de la liebre y los jabalíes que empiezan a verse en los campos de maíz. En opinión de cazadores y labradores éste puede ser un año muy bueno en las zonas bajas y riberas. La cosecha de maíz va mas avanzada que en años anteriores y ahora, con la llegada del frío y de la nieve, es mas que probable que bajen del monte a refugiarse en los maizales. Al ser las manchas más pequeñas se les podrá batir mejor. Pero lo que es bueno para los cotos de regadío, no lo es tanto para las zonas de montaña, pese a que la nieve va a sacar a los «cochinos» de las zonas altas y los empujará hacia los valles.
En lo que coinciden todos los cazadores es en la abundancia de zorros y córvidos que se ven en el campo. Tanto lo primeros, astutos depredadores cuyas excesivas poblaciones pueden dañar gravemente a las ya de por si escasas perdices y liebres, como grajos y urracas, que en algunas zonas constituyen una auténtica plaga, podrán ser controlados una vez que finalice la temporada de caza, con el correspondiente permiso.
Durante la temporada también pueden abatirse, pues en la orden general de vedas están consideradas piezas cinegéticas. Sin embargo y dada su astucia y desconfianza, son muy pocos los cazadores que los llegan a tener a tiro. A comienzos de la primavera, cuando empiezan a nidificar, resultan mucho más vulnerables. En cuanto a los zorros la época mas adecuada coincide con la cosecha de las últimas fincas de maíz. El astuto animal o bien caza o busca refugio en ellas, por lo que se le localiza mas fácilmente siempre que se disponga de perros de rastro.
De cara al fin de semana habrá que tener muy en cuenta la última nevada que en algunas zonas impedirá el ejercicio de la caza. La Ley de Caza de Castilla y León en su artículo 43.4 prohíbe cazar en días de nieve cuando esta cubra de forma continuada el suelo.
Se trata con esta disposición de proteger a los animales que en circunstancias adversas se ven obligados a concentrarse en determinados lugares. En el momento de redactar esta información se daba esta circunstancia, pero es más que probable que, al menos en las zonas de la Meseta, se produzca el deshielo suficiente para poder cazar.
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